(ADVERTENCIA.-ESTE TEXTO PUEDE SER NOCIVO PARA LOS ALUMNOS)

(ADVERTENCIA.-ESTE TEXTO PUDE SER NOCIVO PARA  LOS ALUMNOS)

NO LEAN EL QUIJOTE.

CONSEJO A LOS ALUMNOS DE TERCER GRADO DE SECUNDARIA.

Si eres alumno de Tercer Grado de Secundaria verás un proyecto en la clase Español que  se titula:  “Leer una obra del español medieval o del español renacentista” ( Tercer Bimestre) El  Maestro o Maestra de Español tratará de convencerte  a que leas una novela llamada “El Quijote de la Mancha”. Quiero advertirte  que no te conviene leer dicha novela. El Quijote es  un libro peligroso y nocivo para los jóvenes.

Alguien debería juntar todos los libros de Miguel de Cervantes y hacer una hoguera con ellos.

Qué nadie sepa nunca quién fue Miguel de Cervantes. Su biografía es ejemplo de  hombre aventurero, conocedor de gente hipócrita e involucrado en enredos que lo mantuvieron prisionero en Argel. Fue justamente en prisión, conviviendo con malvivientes, que se le ocurrió escribir esa novela que ahora tus maestros se obstinan  en que  debes de leer.

El Quijote es un personaje con imágenes tan impredecibles  como si  solamente se dejara mirar   a través de  un   caleidoscopio. Sabrás que un caleidoscopio es un tubo oscuro interiormente, que encierra  tres espejos inclinados y en un extremo  láminas de vidrio, entre las cuales hay varios objetos de forma irregular, cuyas imágenes se ven multiplicadas simétricamente al ir volteando el tubo, a la vez que se mira por el extremo opuesto. Lo que  quiero decirte es que se trata de un personaje que se  puede  leer de muchas y diversas maneras, desde una  multitud de enfoques, y que nunca daremos con la clave, si es que la tiene.

Miguel de Cervantes fue un escritor que perteneció al Renacimiento. Imaginen a este escritor  regresando de su cautiverio en Argel y creyendo que el mundo se ha detenido durante los cinco años que permaneció ausente. La realidad, enseguida, le quita la venda de los ojos. Todo ha continuado su curso sin contar con él. Entonces le invade la nostalgia y pretende restaurar una  orden de caballería para reivindicar un pasado heroico. Un escritor  así lo único que puede inventar es una  novela peligrosa con un personaje nocivo.

El Quijote es, al principio de la novela, un personaje que sufre alucinaciones, ve cosas que no existen. Su tristeza viene del choque con esa misma realidad y le empuja a añorar un pasado donde sí tenían cabida todas esas cosas que él imagina que existen.

¿Te das cuenta del daño que puede causar la lectura de esta novela?

El autor nos sitúa en el camino de la desconfianza a las apariencias de las cosas que nos obligan a enfrentarnos con nosotros mismos en soledad. Por eso hago la advertencia: cuidado, pues la lectura te  puede apartar del camino que marca la realidad,  puede volver loco a cualquiera, porque la lectura  enfrentará  al lector contra  el mundo y lo  mostrará tal como es, sin piedad alguna,  cara a cara, con la evidencia más nefasta de todas: lo maravilloso, lo fantástico, lo mágico que puede ser la imaginación. Lo peor de todo es que esa locura te puede empujar a la esperanza: por muy hostil que sea la realidad, siempre  quedará el refugio de la imaginación y la esperanza.

Diez años después de la publicación de la Primera Parte de su novela, a Miguel de Cervantes se le ocurrió  escribir la Segunda. ¿Y qué escribe? Pues se le ocurre que el Quijote recobra la conciencia de la realidad, una realidad  donde no tiene cabida lo imaginario, y ahora empezará a ver molinos donde hay molinos y no  gigantes. Recobrada la cordura, ahora el Quijote no es  un caballero andante escapado de una novela de caballería, sino un caballero andante huido de una primera parte escrita hace diez años.

Siempre habrá personas que los exhorten  a leer,  que tratarán de convencerlos  de que un libro es divertido. Pero alguien debe decirles la verdad:  en ciertas ocasiones, leer es una experiencia intensa. Hay momentos en que las palabras  descubren realidades . Por lo tanto, hay que   desterrar  de las aulas los libros  peligrosos como los  de Cervantes y todos  aquellos que les  pueden quitar el velo de la mirada,  para sustituirlos  por otros mucho más inocuos,  los llamados libros motivacionales tan de moda en la actualidad.

Pocas veces te  harán una advertencia tan útil como ésta: No leas el Quijote. Si, a pesar de todo, o precisamente por ello, haces caso omiso, tú sabrás a qué te atienes. Sobre aviso no hay engaño. A partir de que te atrevas a leer el Quijote,  ya nada te  salvará, a partir de esa hora, estarás perdido para siempre.

Si cayeras víctima de la curiosidad, entonces al menos toma en cuenta las siguientes precauciones:

ANTES DE LA LECTURA:

¿En qué tiempo y lugar planeas leer la novela  de Cervantes?

¿Cómo explorarás su contenido?

¿Qué te interesa conocer de la obra?

¿Qué preguntas quisieras contestarte con la lectura?

DURANTE LA LECTURA.

¿De qué procedimientos te valdrás para identificar a los personajes?

¿Qué harás al enfrentarte con palabras desconocidas?

¿Cómo descubrirás si algunos pasajes se relacionan con tus experiencias?

¿Cómo y dónde registrarás tus observaciones?

DESPUÉS DE LA LECTURA.

¿Con quién o quiénes comentarás tus reflexiones de  lectura?

¿Cómo podrías resumir  los acontecimientos del personaje?

¿Cómo podrías dar a conocer tus opiniones de la obra?

HC