¿ Aprendizaje igual a disciplina?

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¿ Aprendizaje igual a disciplina?

Por Rosa María Torres

Las percepciones sobre la calidad de vida suelen diferir mucho de la realidad.BID Calidad de vida mas alla de los hechos

Un estudio pionero realizado por el BID en base a la Encuesta Mundial de Gallup (40 mil personas en 24 países de América Latina contestaron la encuesta), reveló que los latinoamericanos están en general satisfechos con sus vidas y, en particular, con la educación que reciben.

La distancia entre realidades y percepciones resultó particularmente llamativa en relación a la educación. Siendo América Latina una región con históricos y serios problemas de calidad educativa, con aprendizajes siempre por debajo de lo esperado, según lo ratifican pruebas nacionales e internacionales (PISA, entre otras), la satisfacción de los latinoamericanos con la educación que reciben es mucho más alta que la de ciudadanos en países con mejores sistemas escolares y resultados de aprendizaje en el medio escolar.

La “excesiva satisfacción” se da también en relación a los servicios de salud, pero es mucho más pronunciada en el caso de la educación. La satisfacción con la educación es mayor entre quienes tienen baja escolaridad (la cual, a su vez, suele estar asociada a mayores niveles de pobreza) y disminuye mientras mayor es el nivel de escolaridad de las personas (lo cual se asocia, a su vez, con una actitud más crítica).

Frente a la pregunta: “¿Piensa usted que la mayoría de los niños recibe buena educación?”, la mayor cantidad de respuestas positivas provinieron de personas con educación secundaria incompleta.

Se le conoce también como «paradoja de las aspiraciones»: los que menos tienen, los que reciben la educación de la peor calidad, son los más satisfechos, los más conformes, los que agradecen lo que les den y los que, por tanto, están en peores condiciones para reconocer y exigir una educación de calidad. Esta paradoja se aplica a muchos otros campos.

El aprendizaje – el qué, el cómo y el para qué aprenden los hijos en el sistema escolar – tiene poca importancia frente a tres cuestiones que acaparan el interés: la disciplina, la seguridad y la infraestructura.

Disciplina

Muchos padres de familia esperan que el sistema escolar haga con sus hijos lo que ésteProyecto Humano_1 hizo con ellos y lo que les cuesta cada vez más hacer a ellos mismos: disciplinarlos. Normas, instrucciones, horarios, uniformes, deberes, premios y castigos, son parte del paquete disciplinador. Al sistema escolar se le encarga entre otros «inculcar valores» – como aún se lo llama – y desarrollar «hábitos de estudio».

Para la ideología educativa convencional, buen profesor es el disciplinador. Profesores flexibles, dialogantes, innovadores, son muchas veces incomprendidos y hasta mal vistos tanto por las autoridades como por los padres de familia. La obsesión con la disciplina rigidiza las mentes y las relaciones, legitima el autoritarismo y la imposición antes que el diálogo y el razonamiento, anula la espontaneidad, la curiosidad, la creatividad y la libertad esenciales para aprender.

Seguridad

La violencia y la inseguridad son temas centrales y en ascenso. En este marco, la escuelacandado.noticia pasa a ser vista por las familias como una aliada fundamental, lugar donde sus hijos están a salvo, guardados, vigilados, cuidados. En contextos de gran violencia, preservar la vida pasa a ser la prioridad. Qué y cómo aprenden sus hijos ha sido siempre un tema de poca preocupación para las familias, no sólo en los estratos pobres.

No obstante, la violencia está instalada y crece dentro del propio sistema escolar. Hay violencia en la cultura escolar, en la imposición de reglas, en la negación del diálogo, en el castigo. La violencia exterior – la de la familia, la del barrio, la de la sociedad – entra a la escuela junto con los alumnos, los padres y los profesores. El bullying florece entre compañeros, entre pares. Robos, asaltos, drogas, acoso, son hoy en día parte del escenario escolar en el mundo.

La inseguridad y el miedo no contribuyen al desarrollo de una buena educación. Llevan a cerrar la boca, a poner cerrojos en las aulas, a amurallar las escuelas.

Infraestructura

En el imaginario social, educación es en primer lugar escuela, edificio, y solo después enseñanza y aprendizaje.

La «obra» en educación es construir e inaugurar aulas y planteles, el componente máscemento1 fácil y más rápido de resolver en educación. Los electores son sensibles a la obra tangible y responden según lo esperado. Los políticos lo saben, le dan alta visibilidad y alimentan el imaginario de la educación como infraestructura.

 Los resultados de la prueba internacional PISA 2012 mostraron que los estudiantes latinoamericanos son los más felices con su escuela, pese a ser los que obtienen los peores resultados entre los países participantes en dicha prueba. Hay quienes ven las discrepancias entre realidades y percepciones, folclóricamente, como signo positivo de la idiosincracia y de la cultura : «somos optimistas», «somos pueblos felices», etc.

La complacencia es amiga de la inercia, enemiga del mejoramiento y del cambio.

Avanzar hacia una buena educación implica, por un lado, ampliar y elevar el nivel educativo de toda la sociedad y, por otro, educar a la ciudadanía en sus percepciones, informar sus decisiones a fin de calificar su exigencia del derecho a la educación.

FUENTE: http://otra-educacion.blogspot.mx/

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Acerca de humbertocueva

Humberto Cueva García se tituló en la Escuela Normal “Miguel F. Martínez” de Monterrey, NL. Profesor de escuelas primarias y secundarias, tiene grado de maestría en Español por la Escuela de Graduados de la Normal Superior , en la cual ha impartido cursos de didáctica y literatura contemporánea. Asesor técnico-pedagógico de la aplicación y seguimiento del Programa de Español en escuelas secundarias de Nuevo León . Desde 1992 es autor de libros de texto de Español para primaria y secundaria editados por la Editorial Trillas. Conductor de talleres de actualización docente a nivel nacional y regional invitado por la SEP de 2006 a la fecha.
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