Maestros…¡Felicidades con motivo del 15 de mayo!

Estimado Maestro:

Con motivo del 15 de mayo, Día del Maestro en México, se celebran ceremonias en las cuales abundan discursos de homenaje al magisterio, el “apostolado de la educación”. Yo he asistido a no pocas ceremonias oficiales: cuando me titulé de docente de primaria, luego de secundaria, después de posgrado, cuando cumplí 10 años de profesor, cuando cumplí 20, luego 30, después 40, y, finalmente… todavía no me la creo…¡ 50 años ! Permítame una anécdota: Cuando cumplí medio siglo de servicio docente, el gobernador de mi entidad no asistió a la ceremonia oficial del 15 de mayo; en compensación,  se pronunciaron discursos de una retórica hueca y tediosa. Frases trilladas de los  funcionarios locales de educación y de los representantes del SNTE. Aplausos sin emoción. (Desde meses atrás, el gobernador y el líder sindical de mi estado estaban acusados de presuntos delitos patrimoniales) Al terminar la ceremonia, me obsequiaron un pequeño marco con  pantalla  de lámina donde aparece mi nombre y la firma del innombrable. La fecha: 15 de mayo de 2015. También me obsequiaron un reloj “made in” China cuyo mecanismo falló un par de meses después y, no  se me olvida, me entregaron un cheque por la cantidad de cincuenta mil pesos. Este último dato, el «estímulo» de mil pesos M.N. por cada año de mi trabajo docente, preferí omitirlo a mis hijos para evitarles  pena ajena. 

Después de cada Día del Maestro, la elite burocrática y la dirigencia sindical suelen dar vuelta a la página del 15 de mayo. El día 16 ya es otro día. Todo vuelve a la normalidad.

Pero los maestros no acuden a las escuelas  a esperar que los gobernantes los premien con relojes ni cheques especiales cuando cumplan 50 años de trabajo. Día a día, los maestros acuden a las escuelas en aras de los aprendizajes de sus alumnos. ¡Qué mejor reconocimiento que los alumnos aprendan!

Quiero hacer un modesto homenaje a los Maestros de mi país desde la pequeña posición de este Blog. No tengo mejor manera de hacerlo que compartir un conmovedor artículo de Juan Villoro. En su artículo, Juan Villoro  describe a dos grandes maestros: Germain Louis y Domingo Sánchez, ejemplos de vocación y compromiso. Lo invito a leerlo. 

¡Felicidades a Usted por el Día del Maestro!

Maestros

por Juan Villoro

Hace unos años escribí acerca de Germain Louis, maestro de primaria del gran escritor francés  Albert Camus.

Huérfano de padre e hijo de una madre analfabeta, Camus nació en Argelia ante un mar favorecido por la belleza y abandonado por el destino. Soñaba con ser futbolista y sometió su pasión a los rigores de la pobreza: eligió la posición de portero porque es en la que menos se gastan los zapatos.

«El placer de estar en clase resplandecía en tu infancia», le diría su maestro Germain Louis a Camus en una carta. Al terminar la primaria, lo animó a pedir una beca para seguir estudiando. Para ello, tuvo que negociar con su abuela, mujer impositiva que quería que su nieto fuera comerciante. El maestro ayudó a su alumno a prepararse para el examen de la secundaria. Para fortalecer su ánimo, le compró un croissant. Ese pan de los días difíciles fue la mejor recompensa para Camus. La segunda fue el Premio Nobel de Literatura.

El 19 de noviembre de 1957 le escribió a su maestro: «He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo no hubiese sucedido nada de todo esto».

En las aulas más precarias no dejan de aparecer maestros como Germain Louis. Hace unos meses conocí a uno de ellos en Tijuana. Después de una lectura, un hombre alto, corpulento, abrazaba un sobre que incluso en sus manos lucía inmenso. Se presentó como Domingo Sánchez, profesor de secundaria. Venía de Mexicali y traía cientos de cartas escritas por sus alumnos a propósito de El libro salvaje*. Había recorrido una carretera de dos horas, salvando las curvas de La Rumorosa, para llevar esos mensajes.

El padre del profesor Domingo era un agricultor que no aprendió a leer pero lo alentó a estudiar (tres de sus hermanos también se dedicaron a la enseñanza). Él se hace cargo del rancho de su padre y es maestro. Siembra algodón y alfalfa, y lee mucho. Encontró por casualidad El libro salvaje en una caja en un salón de clases. 

En las mañanas imparte clases; en las tardes, promueve la lectura en otras escuelas públicas. Sus alumnos pertenecen a las zonas periféricas de Mexicali, donde las bodegas industriales dominan un paisaje sin asfaltar.

El lunes 27 de febrero pasó por mí a la garita de Mexicali. En el trayecto a la escuela sonó su teléfono. «Todos los papás tienen mi número», comentó. A través de la lectura ha creado una extensa red de afinidades. Basta que alguien haya sido su alumno para que no deje de serlo.

En Mexicali las lluvias son noticia. Ese lunes había charcos en las calles y los terregales junto a la línea fronteriza estaban enlodados. Hablar del clima nos llevó a hablar de la lucha por el agua en una ciudad bajo el nivel del mar. Hace unas semanas, la gente logró que se cancelara la iniciativa de privatizar el agua potable. Sin embargo, hay una amenaza peor: la transnacional cervecera Constellation Brands construye una planta en la región y tiene permisos para usar la escasa agua de riego que llega del Río Colorado. Si esto se realiza, el Valle de Mexicali se desecará. 

Domingo habló de la lucha por el agua, la vida en la frontera, la soberanía y la pasión por los libros. En su voz, los cuatro temas eran el mismo. Lo escuché como lo oyen sus alumnos, hasta que llegamos a la escuela en las afueras.

El profesor había convocado a todos a los que alguna vez les leyó un libro. En el camino, había hablado de un país devastado. Ahora mostraba un país distinto. La multitud corregía el presente desde el futuro: «Estos morros van a crecer de otra manera», dijo Domingo.

FUENTE: Periódico Reforma. Opinión. 3 de marzo 2017

* El libro salvaje es un libro escrito por Juan Villoro en el año 2008. Se trata de un cuento de aventura y ciencia ficción narrada desde el punto de vista de Juan, un adolescente de 13 años que vive en la Ciudad de  México.

Para ver más:

http://www.siruela.com/archivos/fragmentos/extracto_Libro_salvaje.pdf

Acerca de humbertocueva

Humberto Cueva García se tituló en la Escuela Normal “Miguel F. Martínez” de Monterrey, NL. Profesor de escuelas primarias y secundarias, tiene grado de maestría en Español por la Escuela de Graduados de la Normal Superior , en la cual ha impartido cursos de didáctica y literatura contemporánea. Asesor técnico-pedagógico de la aplicación y seguimiento del Programa de Español en escuelas secundarias de Nuevo León . Desde 1992 es autor de libros de texto de Español para primaria y secundaria editados por la Editorial Trillas. Conductor de talleres de actualización docente a nivel nacional y regional invitado por la SEP de 2006 a la fecha.
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4 respuestas a Maestros…¡Felicidades con motivo del 15 de mayo!

  1. Martín García dijo:

    Felicidades Maestro Humberto Cueva por ser el mejor ejemplo por su labor en la docencia de Nuevo León y de todo México. Sus atinados reportajes y comaentarios enriquecen a las nuevas generaciones que incursionan en el bello campo de la educación.

    El 13/05/2017 9:34 a.m., «Humberto Cueva – Blog de los Maestros de Español»

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  2. Betty Fernández Ramirez dijo:

    Buenos días,profe Humberto es grato saludarte y que me compartas tan rica lectura de Juan villoro para disfrutar ….
    Felicidades por haber escogido la carrera más hermosa del universo y que con el paso de los años se ha perdido el respeto a nuestra profesión pero nadie mas que nosotros que vivimos el día a día de nuestra profesión,el trabajo de un niño es equivocarse y aprender el de nosotros es hacerlo sentir feliz y capaz todos los días ..
    Feliz Día del Maestro un mega abrazo y muchas bendiciones …

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